Es la historia de un niño que vive en un pueblo pequeño al que le gustan mucho los dulces, tanto, que no piensa en otra cosa, por lo que la mayoría de las veces discute con sus padres, sobre todo con su madre. Le hace la vida muy difícil a su madre. Siempre a la hora de comer hay discusiones por lo mismo, no le gusta nada de lo que le pone y es bueno para su salud. Todos le dicen que su madre tiene razón, incluso sus dos mejores amigos, pero él no hace caso de nadie. Todo el dinero que consigue se lo gasta en dulces. Hasta que le ocurrió algo increíble, cada noche le llevan a un lugar que nunca hubiera imaginado ni en sus sueños mas fantásticos. Hace amigos y enemigos de diferentes razas y se ve en situaciones a veces divertidas y otras muy al límite, tanto que después de unos días se le olvida que todo lo que le rodea es dulce y se puede comer. Después de todas las cosas que le pasan en el país de los dulces y los buenos consejos que recibe de sus nuevos amigos, se da cuenta, el solo, sin que nadie se lo exija, que tiene que rectificar su conducta hacia los demás en su pueblo, sobre todo con su madre, que ve como su hijo cambia día a día sin saber porque ni gracias a quien. Sus amigos son los únicos a quien se atreve a contar todas las cosas maravillosas que le pasan, pero ellos no le creen.