Marco Polo no fue el primer occidental en conocer la lejana China. Tras un agotador viaje, ciudadanos romanos llegaron a China en el 166 d.C. y fueron recibidos por el emperador Han en la capital, Chang-an, cerca de la moderna Xian. Para los romanos, se trataba del final de un extraordinario periplo que los había llevado desde Alejandría hasta la India para luego seguir a través de la bahía de Bengala, la península de Malaca y las costas de Annam, un periplo durante el que tuvieron que afrontar peligros de toda suerte para alcanzar las fabulosas riquezas del país de la seda.

Con una narración tan evocadora como rigurosa, el prestigioso latinista e historiador Jean-Noël Robert no sólo nos sumerge en esta singular aventura, sino que nos muestra asimismo cuál era la imagen que se tenía en la Roma imperial de China, y cuáles fueron los puntos de encuentro y las influencias recíprocas entre Roma y China en la Antigüedad, uno de los capítulos más desconocidos y asombrosos de la historia universal.

"De Roma a China: las rutas de la seda en la época de los césares" es un libro que se ha convertido en un clásico y ha sido traducido en múltiples países, entre los que se cuentan China, Japón y Corea.