Francisco de Asís en su tiempo, como ahora, sigue siendo actual, admirado y, sobre todo, querido. ¿Y el secreto de todo esto? ¡Es que amar como él amó!
El hombre que se agachaba al suelo en el camino para recoger con mimo de madre al gusanito y salvarlo de pisadas mortales, era el mismo que se entregaba confiado como niño al Padre, o seguía apasionadamente a Cristo. Y sabía amar por igual al leproso abandonado que al señor feudal, al mendigo, al Papa y al sultán mahometano de Egipto. Y se hacía hermano del sol, del agua, o del fuego, del lobo y la alondra, de las estrellas lejanas o de las hierbas que acariciaba con su mano.
¿Cómo no amar a un hombre así?
El libro nos ofrece una sencilla biografía de Francisco, presentada por el autor con gran sencillez y ternura, con abundantes expresiones de prosa poética.