¿Qué hacemos por los injustamente violentados en los caminos de la vida?, es la pregunta que Jesús nos plantea por medio de la actitud con la que el samaritano va por la vida. El relato nos muestra que la única actitud que debe acompañarnos siempre es la de un mirar que nos lleve a acercarnos, que nos mueva a la misericordia y a hacernos cargo de la realidad.
Hermoso relato que sale de las entrañas del Señor, siempre atento a mirar y compadecerse de los violentados en los caminos de la vida. Por eso la parábola es una llamada no solo a interpelarnos acerca de cómo hacernos prójimos de cualquiera que esté en necesidad, sino también una llamada a responder acerca de hasta dónde somos discípulos de Jesús.