La vida es la contienda donde los héroes silenciosos edifican sus propósitos más nobles, donde los deseos abarcan largas distancias, muros inquebrantables o altos vuelos, donde a veces irrumpe por desgracia un horror fratricida, pero también donde afortunadamente el amor se alza como el mayor estandarte en tiempos inhóspitos. Violeta sabe a café es una colección de nueve relatos que tienen como trasfondo conflictos bélicos de cuyo primer plano emergen historias de amor y libertad. Contextos históricos como la Guerra de la Independencia, la Guerra Civil Española, la Guerra en Bosnia en la década de los noventa o los atentados del 11 de marzo de 2014 son los escenarios donde Violeta, Edinka, Isabel o Sofía Rotesbild, que encarna el mito de Caperucita Roja, viven historias apasionadas que se inician o se interrumpen de forma abrupta, pero que sirven de hilo conductor común para entender las reacciones humanas ante la crueldad de la guerra. El amor como vehículo frente al miedo, y el apego a la libertad frente a la reclusión no pueden encontrar mejor escenificación que la del hombre que arriesga su vida para cruzar el muro de Berlín y encontrarse con la mujer que ama en el relato La fuga del 23 de diciembre.