En la segunda mitad del siglo XIX, fundó la Congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados. Y la historia empieza así: 'En un gélido 9 de enero de 1843, nace en el pequeño pueblo leridano de Aitona, en el Bajo Segre, la niña Teresa de Jesús Jornet Ibars. Al día siguiente, como era costumbre entonces, la recién nacida recibió las aguas bautismales en la iglesia parroquial de San Antolín. La pequeña Teresa era hija del matrimonio formado por Francisco Jornet y Antonia Ibars, ejemplares esposos que formaban una sencilla familia cristiana dedicada al campo y con pocos recursos. A pesar de ello lo poco que tenían lo compartían con los más necesitados, viviendo en su humildad también la caridad con los pobres que llamaban a la puerta de su casa...'.