CÉDULA DE HABITABILIDAD
El concepto de hogar que, a su manera, trata de esclarecer el discurso poético de Domicilio tiene poco que ver con el que se podría relacionar con los anuncios por palabras que aparecen en las páginas de los periódicos dedicados a la oferta y a la demanda inmobiliarias. No tanto, y no del todo, por el léxico utilizado, sino más bien por el fundamento vital y ético que subyace en el libro y que lo sustenta: hogar entendido como un lugar desde el que uno empieza, desde el que uno realmente es capaz -antes o después-, a partir de un momento determinado de su vida, de sentirse afianzado con lo verdaderamente suyo, de sentirse a salvo, nacido, consciente de cuál es el lugar al que pertenece, de cuál es su auténtico cobijo, su espacio o su reserva, aquello que le legítima: una persona, una pasión, un secreto, una creencia, un vicio; algo que lo sujeta a sí mismo y a la vida... Un lenguaje, el suyo propio, su casa, su propio lenguaje