La riqueza artística y filosófica de la literatura emblemática de los siglos XVI, XVII y XVIII reside en el enorme potencial inspirador de una afortunada combinación de imagen (pictura) y lema (mote) para transmitir de modo práctico, por breve y sugerente, un mensaje siempre útil, portador de soluciones que todavía resultan válidas para los problemas que ocupan y preocupan a los hombres y mujeres de hoy.
Las buenas metáforas y las ingeniosas alegorías ahorran ríos de tinta. Con la ayuda de la belleza plástica de las preciosas ilustraciones que las acompañan, sus aleccionadores mensajes permanecen más nítidamente -y por más tiempo- en nuestras memorias, alimentando nuestra capacidad para transformarnos en una versión mejor de nosotros mismos.
Las criaturas y personajes mitológicos de la antigüedad clásica, los útiles de los constructores de catedrales y el complejo simbolismo de los alquimistas se dan la mano en los bellos grabados que conforman esta selección de 90 emblemas reunidos por el autor, convirtiéndose en nuestros leales e imparciales consejeros. Juntos se constituyen en un nuevo “Oráculo de Prudencia” y aportan “una dimensión especulativa y constructiva, en la medida en que pretenden la edificación del hombre, como una doctrina abreviada de la vida recta.”