Lucía llegó a casa de sus abuelos siendo muy niña. Desde el principio fue rechazada y su difunta madre era un tema tabú. A los dieciséis años conoce a Teresa. De su mano descubrirá el enigma de su madre, el amor en todos los sentidos y algo que cambiará su vida: leer y escribir. Teresa, su protectora, se suicida con el propósito de romper una maldición familiar. Lucía se siente desamparada. Su abuela pacta su matrimonio con un viudo. Lucía huye a Madrid con la esperanza de convertirse en una gran escritora. Sus sueños naufragan. Como último recurso viaja hasta Alicante para pedirle ayuda al fracasado escritor Valentín Girón, quien impresionado por sus obras, le propone que escriba para él.