El concepto de ((extrinsecación)) es la mayor y última aberración del lenguaje filosófico, la más clara prueba de que el pensar, en su total y completa idealidad, excede con mucho y desde diferentes ángulos el mero decir y hacer, y de ese modo arriba finalmente, sin saberlo ni quererlo, a la evaporación de sus propios momentos esenciantes en lo inmediato y actual; sin embargo, aún así contiene muy probablemente la respuesta al enigma primero y principal de todo posible filosofar en general: cómo y por qué el pensamiento deviene otro que sí mismo y a la vez uno solo, único e igual respecto de aquello en lo que piensa cada vez.
De la condición de sentido planteada en ese enigma, y su posible respuesta, depende al fin y al cabo la dignidad misma de lo que pensar y cómo hacerlo, y por obra del círculo determinativo, la parábola descrita en sus contornos nos lleva una vez más y como siempre de regreso al fundamento puro de esencia, centro ubicuo de toda realidad en lo externo, pero a la vez de toda actividad y determinidad en lo interno.