¿Qué harías si te encontraras un valioso tesoro que nadie te va a reclamar y que puedes legítimamente quedártelo? Tienes, al menos, dos opciones: guardártelo para ti o entregarte al placer de compartirlo. Elegí la segunda alternativa cuando la vida me mostró que podía superar los límites de la mente a través del sendero del corazón. Cuando una crisis personal me puso contra las cuerdas y me invitó a cambiar el rumbo, a descubrir que hay otra manera de mirar y de ver el mundo, que hay todo un universo interior, apenas explorado, que conecta con lo más auténtico de nosotros mismos y que permite que brille el sol dentro de ti a pesar de las sombras que puedan empeñarse en manifestarse fuera.La obra que tienes en tus manos es reflejo de una vida de lucha, pero, sobre todo, de esperanza y de esfuerzo, en donde un percance, quizás el más difícil al que se puede uno enfrentar, la enfermedad, hace presencia y trunca el futuro laboral. Esto lleva a la autora a iniciar un proceso de autodescubrimiento, en donde encuentra no solo recursos para incrementar la salud, que comparte generosamente con el lector, sino también