Los hijos de Dios trata temas fundamentales para la cosmovisión judeocristiana como la creación del universo, la creación del hombre, la ocasión en que Luzbel persuadió a Eva de probar el fruto prohibido, la desobediencia de Eva y Adán, su expulsión del Edén, Caín y Abel, el diluvio universal, etc., de un modo literario, más extensa y verosímilmente que el Génesis pero sin caer en la verborrea de El paraíso perdido. También aborda temas ausentes tanto en uno como en otro, a saber, la creación de los ángeles, la rebelión de Lilit, la primera esposa de Adán, la razón por la que Azraél se convirtió en el ángel de la muerte, etc. Definitivamente, la empresa asumida por el autor de Los hijos de Dios al reelaborar literariamente estos temas sólo es comparable con la de La divina comedia, de Dante Alighieri, y la de El paraíso perdido, de John Milton.