Todos tenemos la necesidad de creer, de confiar en los demás, pero es casi imposible cuando la lealtad no forma parte del carácter de la gente, la lealtad es un bien muy preciado que se deja ver, se expresa de diversas formas, una es la palabra comprometida, la lealtad es fiel, no se permite el obviar las cosas a las que se ha comprometido, todas sus acciones están emparentadas con ese valor. La ausencia de lealtad nos provoca cambios de actitudes, nos vuelve desconfiados, estamos esperando que nos fallen, nos traicionen o nos estafen, las sociedades de este tiempo nada hacen con la palabra empeñada, parece que las palabras han perdido el valor, nadie respeta lo que promete o las promesas son solo momentáneas y están sujetas a cambios permanentes. La lealtad como norma de vida marca la diferencia en la gente, un leal siempre será respetado, valorado y hasta recomendado, también será combatido porque se sale de la norma pero creo el mejor camino es ser leal a los valores fundamentales de la vida, como el ser honesto, transparente, noble y respetuoso. La lealtad es una virtud que se va adquiriendo a medida que vamos madurando y comprendiendo el valor que tiene la vida, y honrar la vida es vivirla a pleno y con una conciencia limpia.