Un nuevo caso del inspector Bernardo Sanjuán.
Cuando todos los miembros de tu familia son sospechosos de haberte asesinado, es mejor estar muerto.
Bernardo Sanjuán, un investigador privado de poca monta, recibe la llamada de un extraño personaje que dice hablar en nombre de don Leopoldo Garrido, un adinerado empresario que desea contratarlo para investigar la presunta infidelidad de su esposa, una mujer bastante más joven que él.
Berni acepta el trabajo y le basta un solo día para obtener pruebas que confirman las sospechas de don Leopoldo. Ha sido un trabajo sencillo y bien pagado. Demasiado sencillo.
Berni no puede dejar de preguntarse por qué un hombre de la posición económica de don Leopoldo lo ha elegido a él, un detective que trabaja solo y con pocos medios, cuando podría haber contratado a una gran agencia de investigación.
Esa madrugada, su cliente aparece muerto en el jardín de su mansión y todo parece apuntar al suicidio, pero las extrañas circunstancias del caso, así como la complicada relación entre los miembros de la familia de don Leopoldo, hacen sospechar a Berni que el empresario pueda haber sido asesinado.