Sentada en su sillón favorito y mirando a través de la ventana, Doider Shull no puede evitar preguntarse si el bosque es tan malo como dicen. Cuentan que todo aquel que se adentra en él jamás regresa, pero ella cree que entre aquellos árboles las cosas no pueden ser peores que en Kapish. Al menos, está segura de que allí no la juzgarían por sus ropas negras, cosa que ocurre cada día cuando pasea por la calle y se ve rodeada de personas que visten de otros colores más alegres. A pesar de haber vivido una guerra reciente, y con el fuego de las hogueras todavía sin apagar, los aldeanos siguen creyendo con firmeza en esa jerarquía que no se sabe de dónde ha salido. Y aunque ella se lo haya imaginado mil veces, sabe que adentrarse en el bosque es una mala decisión. Sin embargo, no tendrá otra opción al ver que su mejor amigo, Goish Hande, ha desaparecido sin dejar rastro. Allí dentro no solo vivirá aventuras inimaginables, sino que encontrará su propio destino, ese que estaba escrito con tinta en lo más hondo de su piel y que hará que todo su mundo gire sin que pueda hacer nada por evitarlo.