A la edad de quince an~os, Lucia Osborne-Crowley teniŽa un espleŽndido futuro como gimnasta. Formaba parte del equipo nacional australiano, y estaba en camino de convertirse en competidora oliŽmpica. Pero una noche, en SiŽdney, sufrioŽ una brutal violacioŽn que la dejoŽ gravemente enferma, y cuyas secuelas fiŽsicas y psicoloŽgicas arrastroŽ durante mucho tiempo. Aunque pudo reconducir su carrera hacia el periodismo y la investigacioŽn, habiŽa una historia que nunca se atreviŽa a afrontar: la suya propia, la que reprimioŽ a causa del miedo, el dolor y la vergušenza. No fue hasta una deŽcada maŽs tarde que se decidioŽ a hablar de lo ocurrido y empezoŽ el camino a la recuperacioŽn.

En su primer libro, 'Elijo a Elena', Lucia Osborne-Crowley no solo consigue evocar aquel episodio de forma valiente y objetiva, sino que ahonda en un tema que, aunque reconocido, todaviŽa no ha sido ampliamente tratado: el de coŽmo el trauma afecta al cuerpo, de coŽmo permea en la salud fiŽsica de las personas hasta tal punto que puede derivar en enfermedades croŽnicas, y coŽmo en el proceso de superacioŽn hay que hacer frente a una amalgama de creencias y tabuŽs profundamente arraigados en nuestra cultura. Un proceso en el que Osborne-Crowley encontroŽ consuelo en escritoras como Elena Ferrante, que en sus libros hablan de aceptar la vulnerabilidad propia, desarrollar la indulgencia hacia uno mismo, aprender a no cargar con la culpa y fortalecerse con palabras honestas.