El autor expone, a partir de una selección de sus artículos publicados en revistas de divulgación durante los últimos años, cómo han evolucionado la caza y el cazador hacia postulados conservacionistas. En la actualidad, la actividad cinegética exige, a quien la practica, el abandono de lo que fueron lugares y prácticas comunes hace tiempo y así, el cazador moderno es un naturalista estudioso del medio natural. El acto de la caza empieza por observar para interpretar, lo que da lugar a la mayor herramienta de conocimiento del hombre campero: la experiencia. De este modo, el cazador actual, conservador y observador, antepone en sus jornadas venatorias las actividades que son esenciales para la conservación de la fauna, antes mismo que la propia captura de animales. Así es la comprensión e interpretación del medio natural, que mediante una buena gestión lleva a la necesidad y a la oportunidad de cazar, siempre de modo selectivo.