La escritura expresiva utilizada en la escuela como instrumento de auto-orientación del adolescente de 17-18 años no sustituye la intervención educativa del docente. Este tipo de escritura es más bien una técnica eficaz para recoger todos los datos necesarias con los que, contando con el consentimiento del alumno y junto a él, elaborar un cuadro exhaustivo en el que situar el estado actual de sus competencias, los objetivos que aquél se plantea y los medios concretos con los que piensa alcanzarlos. La escritura expresiva es, no obstante, en primer lugar, una actividad con la que los adolescentes pueden orientarse a sí mismos haciéndose sobre todo más conscientes de sus miedos y de sus esperanzas, que condicionan emotivamente, en sentido negativo o positivo, su proceso de aprendizaje y su capacidad de tomar decisiones. En segundo lugar, los ayuda en la formulación de su proyecto personal de vida, incluida la dimensión profesional, porque los pone en situación de reflexionar mejor sobre los diversos estudios universitarios, sobre el trabajo al que pretenden dedicarse y sobre el modo de prepararse para él.