Para el teórico del movimiento y la danza, Rudolf von Laban (1879-1958), el frenético movimiento de la vida moderna entraña el peligro de borrar la memoria e impide asentarse a lo recientemente aprendido. Para él, el cuerpo es como un palimpsesto en el que continuamente se borra para volver a escribir, pero siempre dejando una huella de lo antes grabado. Con el paso de la Guerra Civil por la ciudad de Madrid pasa igual: todo está ahí. Puede que con yeso encima o con un edificio nuevo sobre los cimientos del anterior, pero la impronta del conflicto está presente, aunque en un segundo plano. Y con muchos de los habitantes pasa lo mismo. Los madrileños saben en mayor o menor medida su historia, pero quizá no conozcan detalles de la cuantía, lugar y gravedad de las heridas.
Madrid, qué bien resistes profundiza mediante la refotografía en el dramático pasado –no tan lejano– de la ciudad durante la Guerra Civil. La guerra, la destrucción, la sociedad durante la barbarie y la muerte a través de más de doscientos collages con los que conocer o reconocer un Madrid sometido a casi mil días de asedio, sangre y fuego.