La civilización incaica constituyó uno de los territorios más extensos que hayan tenido los imperios de la tierra. Alcanzaba desde el sur de la actual Colombia hasta la zona intermedia de Chile. Desde la costa del Pacifico hasta los bosques tropicales del Amazonas. En superficie ocupaba más de dos millones de kilómetros cuadrados. Su importancia en la historia se equipara a los grandes imperios de la antigüedad. Se desarrolló en un ámbito geográfico accidentado como es la larga cordillera de los Andes, que a su vez incluye sistemas ecológicos diferentes como los que se dan en la costa (oasis, desiertos, pequeñas colinas), en la sierra, (valles húmedos, altiplanos) y en la montaña (bosque tropical lluvioso). También en zonas selváticas amazónicas. Un conjunto muy diferenciado entre unos y otros lugares del imperio. Eso también condicionaba la vida práctica y cotidiana de los diferentes pueblos.