En un rincón hundido en la memoria colectiva, la gente se enfrentó alacecho de una banda de traficantes de órganos. Raptos. Restos humanosaparecen en los basureros. Pacientes adinerados reciben órganossustraídos a los presos en un lujoso hospital imposible de rastrearpor la policía. Los asesinos son liderados por un médico hechiceroexperto en cirugías. Una histeria se difunde como humo al viento enuna especie de sentencia definitiva. La misma muerte se queja de latragedia, pues ahora solo tiene tiempo para recoger con pala lasmontañas de cadáveres que depositan en la eternidad, sin derecho alevantarse tarde o a divertirse sanamente, hasta que algo más allá del raciocinio humano decide intervenir desde su trono de huestesinmortales. ¿Quién le habría dicho al veterano policía que eloperativo más grandioso de su vida le estaría esperando al final delsubterráneo? Llamado a comandar el ejército más estrambótico delcosmos, Alexander Ceciliano: un auténtico cazador de hampones de
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