El viento que me dio la vida es una novela de aventuras que mezcla la fantasía con lo verosímil. No es una novela histórica ni un libro de viajes. Es, en cierto sentido, una novela utópica. El personaje principal, que es el narrador de la historia, nos cuenta el relato en forma de memorias de una buena parte de su vida. Buscando la felicidad y una vida más verdadera, se adentra en el desierto del Sahara, donde experimenta curiosas vicisitudes y peripecias. Hace un asombroso descubrimiento en las montañas del Sahara, que le cambia la vida a él y a los que le rodean. A pesar de tratarse de un relato de ficción sobre un entorno real, el lector se ve inmerso de principio a fin en lugares y situaciones que son, o pueden ser, completamente reales. La novela es un paradigma de la vida bucólica en los oasis, dentro de lo poco acogedor que, en general, es el desierto argelino. El personaje de la novela alcanza, en este paisaje tan poco hospitalario, el mundo feliz que persigue. La novela incluye, al final, un glosario con los principales términos y expresiones utilizadas, pensando en aquellos lectores no familiar