Miguel de Cervantes Saavedra supo de primera mano el destino de los moriscos del Valle de Ricote, o sea de su protector, el Cardenal Bernardo de Rojas y Sandoval; a través del libro de Guadalajara, de su vecino, el príncipe de Marruecos don Felipe de África y de su gran amigo Juan de Urbina, que vivía en la casa del príncipe de Saboya. El príncipe Manuel Filiberto de Saboya era el general de la mar, nombrado así en 1612 y encargado en Cartagena en 1613 con la expulsión de moriscos del Valle de Ricote. Su secretario era Juan de Urbina. El príncipe Manuel Filiberto de Saboya tuvo contacto directamente con el Rey y con el duque de Lerma. Cervantes, por lo tanto, supo saber gracias a su amigo Juan de Urbina todos los detalles de lo que realmente pasaba en el Valle de Ricote, puesto que en estas fechas entre julio 1613 y febrero 1614 estaba Manuel Filiberto o Vittorio Amadeo de Saboya en la corte.