Este libro revisa los modos de interpretar el legado de la Teología de la Liberación y propone reinscribir dicha corriente en el marco de los debates de la teología y la filosofía posthegeliana. En particular aborda las tradiciones del existencialismo y el marxismo como dos críticas al mundo cristiano burgués, como clave hermenéutica para entender la dinámica que atraviesa no solo gran parte de las teorías teológicas y filosóficas del siglo XX sino también a la Teología de la Liberación. El autor advierte, además, que si bien el existencialismo y el marxismo occidental representaron dos importantes marcos teóricos hasta mediados del siglo XX, desde la década de 1960 en adelante han sido sometidos a severas críticas, que todo proyecto de una Teología de la Liberación hoy no deberían ignorar. Asumiendo esas críticas, la Teología de la Liberación debe seguir siendo una crítica al mundo cristiano burgués desde el ámbito de la interioridad individual y la exterioridad social.