En el contexto histórico de la primera mitad del siglo XIX, esta apasionante novela relata las vicisitudes de un joven aventurero que en 1839 decidió dejar su pueblo del Norte de Francia para seguir ese mismo espíritu emigrante que arrojó a sus antepasados hacia tierras lejanas, como si se tratase de una circunstancia condenada a repetirse dentro de su familia una y otra vez. Lugares y vivencias anónimas que se entrelazan en una larga travesía desde el continente europeo hasta tierras australes, al tiempo que dos potencias colonizadoras se disputan la soberanía de Nueva Zelanda, rivalidad que enfrenta también a católicos y protestantes.
Mientras, oscuros intereses se confabulan para sabotear una misión que podría arrebatar la hegemonía de la Corona británica en los mares del Sur.