Las contribuciones de este volumen en homenaje al Prof. Francesco Prontera están unidas alrededor de una idea central: la íntima conexión entre la delineación y la evolución de la cartografía con el suceder histórico y los presupuestos geográficos que marcan su evolución. El mapa, como herramienta visual, está cargado de intencionalidad, puesto que contribuye tanto a representar la realidad como a analizarla. Como dibujo, es solo una imagen fija en el tiempo y en el espacio, susceptible de ser modificada si nuevos datos así lo exigen; pero como tradición heredada, sirve como soporte para establecer lazos entre el pasado y el presente histórico. Los capítulos que componen esta obra hacen un recorrido exhaustivo desde esta perspectiva a los principales hitos en la evolución de la cartografía antigua a través de casos de estudio. Desde Heródoto hasta los albores del siglo XVII, pasando por Eratóstenes, Artemidoro, César, Estrabón, Plinio, Tolomeo, Dionisio Periegeta hasta la tradición periplética, bizantina y sus epígonos modernos, el mapa que está detrás o acompaña a un texto ha ocupado un lugar central en el devenir del pensamiento geográfico.