La segunda edición del Premio de Narrativa Corta se ha desarrollado, irremediablemente, bajo los influjos de la crisis sanitaria derivada de la pandemia de la COVID-19, que, además de provocar cambios inimaginables en nuestras vidas, ha condicionado la presentación de los trabajos, las reuniones del jurado, la entrega de premios y todas aquellas facetas que conlleva la convocatoria de un concurso literario.
El confinamiento —palabra del año 2020 para la Fundación del Español Urgente (FundéuRAE)— ha puesto límites y en ocasiones ha impedido el contacto y la movilidad física, pero no ha afectado al principal objetivo del certamen, que es el fomento de la creación literaria en el ámbito de la comunidad universitaria. Tampoco ha mermado la inagotable fuente de creatividad propia de los seres humanos, que son capaces de manifestarla en cualquier tiempo, lugar o circunstancia. En términos cuantitativos lo corroboran los más de cincuenta relatos presentados y, en el aspecto cualitativo, las cuatro obras premiadas que conforman esta publicación.