La silueta general de este libro se desliza por los tres ámbitos fundamentales en la formación inicial de los maestros: el hecho educativo, los agentes que lo llevan a cabo y los contextos sociohistóricos en los que tiene lugar.
La obra ofrece al estudiante fundamentación teórica suficiente para delimitar el concepto de educación y el sentido ontológico de la misma, mostrándola como un proceso destinado a la humanización del sujeto.
El docente es presentado como un profesional capaz de mezclar dentro de sí ciencia y ética, entendiendo por ciencia la insaciable inquietud intelectual y por ética el insaciable deseo de mejorar como persona.
Finalmente, el libro expone las corrientes y las instituciones educativas más destacadas de la contemporaneidad y la evolución que han experimentado las mismas. Hace un repaso incisivo de las grietas de la historia e invita a verlas como los senos en los que se hallan las raíces de una educación que mejora indefinidamente en busca de su plenitud. Es pues, una oda a una realidad educativa que todavía no existe, que todavía no es, pero que está a punto de sazón.