Mirar a la cartografía desde la disidencia sexual posibilita un proceso de resignificación que habla en otros términos, territorios y rompe con los ideales hegemónicosMirar a la cartografía desde las disidencias sexuales posibilita un proceso de resignificación que habla en otros términos, trata otros territorios y rompe con los ideales hegemónicos de lo cartográfico. Busca encontrar un potencial que permita cuestionar, remover e imaginar otras vivencias posibles; dar cuenta de lo subjetivo y activar herramientas que denotan una voluntad política. El trabajo de Kyle Lasky, nucbeade y Lucas Larochelle forman esta primera aproximación cartográfica acompañados de un texto de Yera Moreno. Son mapas que están construidos con argamasa de memoria colectiva, experiencias personales, deseos entrelazados y relatos ficcionados. Hacen referencia a las diferentes formas de vivir y habitar el espacio a través de testimonios, fotografías u otros registros que cuentan historias; historias que hablan desde la memoria, la intimidad y la ficción, desde lugares de resistencia y de vulnerabilidad.