Este libro revela cómo la antigüedad fue transformada en un discurso legitimador en el transcurso de tres siglos, desde la conquista islámica de la península a comienzos del siglo VIII, hasta llegar a la disolución del califato de Córdoba, a principios del siglo XI. Este proceso de transformación parte desde la ruptura y el olvido del pasado, considerado como algo secundario o extraño, y llega a encumbrar la antigüedad como elemento central del discurso político en el siglo X, adaptada a circunstancias y contextos diferentes, capaz también de definir y constituir diferentes memorias, identidades y comunidades en la península ibérica. A lo largo de estos tres siglos cabe destacar pues distintos protagonistas, varias etapas, unos cuantos puntos de inflexión, numerosas fuentes y noticias compartidas y, en última instancia, éxitos y fracasos, pues el pasado se convirtió en piedra angular y arma arrojadiza, que aplastó a unos y encumbró a otros. Con ello se descubre un mundo más complejo, dinámico, moderno, interconectado y plural de lo que cabría pensar en un principio.