Tras no ser reclamada por ningún notario para la aceptación de una espléndida herencia, Avelinita inicia las gestiones pertinentes hasta llegar a descubrir dónde ha ido a parar tan cuantioso legado. Un día lluvioso, inmersa en sus recuerdos, decide emprender un camino en solitario rememorando la impronta de secuencias del pasado mediante un monólogo interno en el que las emociones le asaltan de forma intrépida atrapándola en un mundo de imágenes intermitentes almacenadas en su memoria. Doce horas de lluvia es una novela de sentimientos a flor de piel, en la que la protagonista, a diferencia del mundo hostil que nos rodea, caracterizado por la pérdida de valores, desnuda su corazón de vivencias, secretos, penas, ilusiones, sueños y silencios; un equipaje repleto de nostalgia almacenado a lo largo de su existencia. Asimismo, se atreve a ahondar en los pensamientos y emociones de los principales personajes que aparecen en sus páginas.