Carlos, un político cualquiera, de ideología no especificada, es un ser despiadado que utiliza su poder y posición para lucrarse, sin importarle las consecuencias de ello para su país o sus ciudadanos. Es por ello que la diosa de la justicia, Diké, una de las Horas, convoca a las Erinias para darle tormento y resquebrajar su psique a través del sufrimiento que él mismo ha causado a las tres mujeres de su vida: su madre, interna en una residencia aquejada de demencia, su amante, detenida y procesada junto a él, y su esposa, fallecida a causa de un infarto al descubrir la traición y el inminente proceso penal de su marido.

Durante toda la obra, y dentro de un habitáculo desconocido y no especificado en ningún momento, a virtud que el espectador imagine lo que quiera, nuestras tres furias tratarán de hacer comprender a Carlos que él mismo es el causante de su propia desdicha y que su castigo será vivir con ello el resto de su existencia, de su propia furia.

Nuestro objetivo principal es la concienciación de que todo acto tiene una consecuencia, el principio de causalidad, la causa y el efecto, principio debatido desde Aristóteles y no sólo en el mundo de la filosofía, sino en la ciencia, más concretamente en la física, teniendo como tema principal la Idea de la Justicia como Virtud. Os invitamos a disfrutar de esta tragedia contemporánea, que no por ello, pierde la estructura y forma de lo más clásico e inherente del ser humano y de su teatro.