La historia de la embajada de Espan~a ante la Santa Sede es la historia de unas relaciones en extremo singulares, tanto por su antigušedad como por su importancia. Considerado durante siglos el destino diplomaŽtico maŽs deseado, vivo y brillante de nuestra diplomacia, fue desempen~ado por muchos personajes del mayor relieve -duques, generales, cardenales, un buen nuŽmero de presidentes de gobierno-, que desde Roma se confirmaron como el mismo centro de la poliŽtica exterior espan~ola. Ahora, en un mundo secularizado y de identidades puestas en cuestioŽn, cuando ambas potencias se nos muestran aparentemente bajo una luz crepuscular, cabe preguntarse queŽ puede aportar una historia de las relaciones diplomaŽticas entre Espan~a y la Santa Sede. Pero la respuesta estaŽ en las muchas y ricas experiencias que nos revela o confirma: coŽmo se desinforma, la demagogia, el abuso del deŽbil, los liŽmites que puede alcanzar el descaro o la mentira incluso entre aliados, la necesidad de prevenirnos frente a todos, sean paiŽses, ideologiŽas, poliŽticos o intereses; frente a la propia Europa, frente a Oriente, frente