Embarazado de silencio deja que de su sangre de poeta se tiñan las líneas que dibuja libre en su Cuaderno Blanco, que es como esa nada preñada de todo que a todos nos invita a crear.
La potencia de sus metáforas nace de una vida interiorizada en medio del mundo que observa como el filósofo y el niño; emergen como fuentes de agua viva de la naturaleza que ama, y también de la naturaleza interior en la que lleva toda una vida buceando. También nacen de su vasta cultura lectora, ha sido ratón de biblioteca, y su lenguaje tiene aún la riqueza de los escritores de antaño, adjetivos diversos, con enjundia, que rescatan del olvido tantas palabras, que es como decir tantas realidades. Pero sobre todo se siente en el libro que ha leído cientos de atardeceres y cientos de amaneceres, ha bebido música de ríos y el viento más de una década le ha soplado sus secretos. (Del prólogo de Beatriz Calvo)