Envenenados con los ecos de la gran literatura, los cuentos de Amores posmodernos emplazan los encuentros y sobre todo los desencuentros de personajes desubicados, sensibles, mitológicos y satíricos habitados por un mantra que atraviesa como una daga cada una de sus páginas: "toda cama es una trinchera a lo que mas cale llegar sin estragos".Con un humor que va de o chispeante a lo crudo y de la ternura al tiro de gracia, en sus mejores momentos los relámpagos narrativos de Danner Gonzalez recuerdan el talante clásico de Augusto Monterroso, en estos amores late también como un espectro peregrino una frade de Gore Vidal a la que remite la prosa precisa de este libro: "el sexo es. No hay nada que hacer al respecto. El seco no construye caminos ni escribe novelas y ciertamente no le da sentido a nada en la vida mas que a si mismo".