Ruth es una chica un tanto peculiar y con grandes dotes de percepción. Obsesionada con Alfonso, su primer amor, es, como ella misma se autodefine, un sismógrafo de sensaciones. Su especial sensibilidad le hace vivir de una forma muy particular la enfermedad de su padre, Fernando, el cual ha sido diagnosticado de Alzheimer a una edad temprana. Ruth intenta visibilizar la enfermedad explorando sus orígenes de una forma aséptica para que no le duela demasiado. Todo da un giro cuando descubre que su padre, durante su juventud, vivió un intenso amor con Sophie, una joven francesa a la que conoció en París mientras estudiaba. El puzle lo completa Daniel, un poeta uruguayo que los acompaña a todas partes. La relación entre los tres amigos se vio bruscamente interrumpida, y Fernando, en el ocaso de su enfermedad, no sabe encontrar respuestas y le pide a Ruth que encuentre a Sophie antes de que pierda la memoria definitivamente.