Las operaciones militares que tuvieron lugar en el transcurso de la última guerra civil española dejaron una huella patente en el paisaje que ha llegado hasta nuestros días en forma de restos patrimoniales que, en algunos casos, han permanecido inalterados por paso del tiempo, como testigos directos de uno de los episodios más duros de la historia reciente de nuestro país.
Esta traza se hace visible a modo de líneas de trinchera, fortines y otros elementos que formaban parte de posiciones defensivas estudiadas a partir de la evolución de las fortificaciones y la realidad constructiva de
estas, los datos historiográficos, la aplicación de metodología arqueológica y la consulta de fuentes documentales y archivísticas. Todo ello, ha permitido conocer al detalle, más allá de contextos generales, los vestigios de la guerra en municipios como Añover de Tajo, Azután o la misma ciudad de Toledo.