Un hombre convoca una rueda de prensa. Se trata de un hombre anónimo, al que nadie conoce. Delante de periodistas y medios confiesa haber matado a un niño hace un poco más de veinte años, lo que significa que de acuerdo a la ley vigente en España, el posible crimen ha prescrito. Unos días después, el aún supuesto asesino aparece muerto en su casa, cosido a puñaladas. Los inspectores Lucía Blázquez y Manuel Moreno se encargan de investigar el homicidio, ya destinados en la Brigada de Homicidios. Las pesquisas de los policías descubren que hace unos veinte años, en 1983, hubo una serie de crímenes de niños estrangulados y desaparecidos sin resolver, el aparentemente vínculo del homicida del momento actual con la víctima. Al entrar en ese mundo del pasado se sumergen en una trama inesperada que les conduce, poco a poco, en la personalidad del asesino pederasta.