La cinefilia como género literario ha dado lugar a heterogéneas obras y algunos excelsos títulos que ya han dado relieve a esa impura unión entre dos lenguajes tan diferentes como complementarios: lo fílmico y lo literario. Pablo Ferrando García, autor de varios ensayos sobre diferentes aspectos del cine, se mete de lleno en el género de la autoficción cinéfila con estos pequeños retablos de las maravillas, aunando lo biográfico con lo imaginado y lo soñado hasta alcanzar un mundo fantasmagórico, donde las sombras reinan como en una pantalla cinematográfica. Así, nos transforma de lectores a espectadores cómplices de este periplo vital donde lo tragicómico de la vida se nos antoja un ensueño fugaz que deja un rastro melancólico, con el que cada uno a su manera pueda sentirse reflejado.