SUEÑOS QUE NO FUERON

Sofía vive con su familia muy alejados de la pequeña aldea.
Es el primer año que deja de ir a la escuela para formar
parte del trabajo en la humilde granja de sus padres. Tiene
13 años y cree que por fin ha entrado en la edad adulta.
No le importa levantarse antes del amanecer para trabajar
duramente de sol a sol desarrollando tareas tan variadas
como necesarias: ordeñar las vacas y llevarlas al prado a
pastar, labrar la tierra, sembrar y cosechar?, ir a por agua
al río para para que beban los animales, y ellos mismos,
vender la leche, huevos y hortalizas en el mercado. De
todos los trabajos el que más le gusta es la costura, con ella
las horas vuelan. Pero también toma conciencia de que el
momento en que encontrará un novio alto, guapo y fuerte
a quien llevar la comida o remendarle los pantalones, está
muy cerca, y eso le emociona mucho.
Para sorpresa de todos, ven como se construye una casa
muy moderna sobre la colina cercana. Por fin parecía que
iban a tener vecinos. Alguien con qui