FAROS

EL MAR HACE CAMINOS
Nada es tan emocionante como un viaje, en realidad todo empieza con un viaje, y todo libro en sí mismo, es también una forma de viaje. Una aventura que como en el caso de Ana, al ser por mar, resulta siempre más peligrosa y apasionada. El mar con su naturaleza indómita, marca la fortuna de su periplo, sus dificultades ponen a prueba no solo su fortaleza, sino que forjan un aprendizaje y resiliencia, que al fin de la travesía la convierten —como ella misma dice— en una experta ‘capitana de su alma’.
Pero ese mar de Ana además de tormentas y tempestades, está lleno de esperanza, curiosidad e ilusión de iniciar la travesía de una vida plena, donde desde la ingenua pureza del principio ya aparece como referente la imagen del faro que da título al libro.
Los viajes de verdad —como el de Ana— son una amalgama de placeres, frustraciones, alegrías, errores y oportunidades, que al final terminan conformando la ‘banda sonora de su vida’. No son exclusivamente literarios, a pesar de su apariencia poética,
en realidad, su carácter enigmático y autobiográfico, muestran hasta qué punto vida y obra van estrechamente ligadas.