«Se podría decir que, siguiendo el ejemplo de la legendaria y elocuente Sherezada, el propósito de un relato es conjurar al verdugo, suspender el juicio ineluctable del destino que nos acecha, prolongar la ilusión de la vida y el tiempo. ¿O acaso debería
Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar la experiencia de navegación y mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias.
Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso.Información sobre la política de cookies.