Pese a ser numerosos y contar con una arraigada tradición en nuestro país, los estudios consagrados a la Heráldica raramente se han ocupado de los emblemas territoriales españoles, más allá de los acostumbrados manuales, prontuarios y recopilaciones. Ello se debe, probablemente, a que esta disciplina ha estado más atenta a lo gentilicio y nobiliario que a los aspectos relacionados con la simbología propia de la nación española y sus diversas regiones y autonomías, distanciándose también de la Vexilología y otras manifestaciones emblemáticas afines. Pero tampoco los historiadores han mostrado especial interés por tales materias, consideradas poco serias en los medios académicos tradicionales, lo que las confinado con frecuencia al ámbito de actuación de aficionados, eruditos locales y genealogistas.