Convertida hoy en una calle moderna y comercial, la calle Fuencarral es una de las más antiguas de Madrid. Empezó siendo una vía de entrada, con la que se comunicaba con el vecino pueblo de Fuencarral, pero a medida que la ciudad crecía lo hacía la calle, donde se concentraban posadas, centros de enseñanza o las profesiones liberales. En ella se estableció uno de los centros asistenciales más importantes de Madrid, el Real Hospicio de San Fernando, y el convento de los Agonizantes, desaparecido durante las desamortizaciones. También tuvo su propia crónica negra, entre finales del siglo xix y principios del xx, los conocidos como crímenes de la calle Fuencarral.