Pablo se ha visto obligado a acompañar a sus padres a lo largo de su vida en sus distintos cambios de residencia. Cuando cuenta con trece años de edad y una vida más o menos estabilizada en Madrid, su padre plantea un nuevo traslado, motivado por un interesante empleo en la provincia de Alicante. Para el chico supone un gran disgusto; ya tiene una edad en la que desea tomar sus propias decisiones, a la vez que es consciente de que todavía es un menor que depende de sus progenitores. Finalmente el traslado se produce y la familia pasa a ocupar una casa en el campo con todos los lujos en un entorno paradisíaco. Pablo parece que va aceptando el cambio, pero desde el primer día algo ocurre en aquella residencia, algo extraño y misterioso que perturba el sueño del chaval cada noche. Por otra parte, aparecen en escena unos personajes indeseables, los Ñakis, unos jóvenes que se divierten únicamente haciendo gamberradas y que tienen amedrentados a todos los chavales del instituto. Los extraños sucesos, el comportamiento de Pablo, las fechorías de los Ñakis, todo ello da lugar a una historia donde priman los buenos sentimientos, plagada de misterio e intriga, que mantendrá al lector enganchado al relato hasta la última de sus páginas, para descubrir al final un sorprendente e inquietante desenlace.