Un sinfín de historias, como lianas de la espesura, marcan la epopeya científica de Occidente en este libro. Se abordan con documentado trato literario las aventuras tremendas de médicos y botánicos exploradores de los siglos XIX y XX. Ambos autores, bien organizados en labores complementarias, crean todo un caleidoscopio del esfuerzo humano, de la grandeza en la derrota y la dignidad en el sacrificio. Abarcan, analizan y sitúan en el devenir de la ciencia a la variada fauna humana que tanto intentó y tanto dio a un progreso que hoy es nuestro paisaje más natural. Junto a Park y Livingstone encontramos a gente como Nachtingal, que antes de morir de tuberculosis regaló a Alemania todo su imperio africano. O Von Siebold, el botánico estricto que llevó su laboriosidad germana al mítico Japón. También Cook, el intrépido mentiroso derrotado a sí mismo, que inventó un triunfo en el Polo Norte. Encontramos asimismo en estas líneas a Wilson, científico que acompañó al capitán Scott en su trágico viaje a la muerte, a Crevaux, aventurero desdichado desaparecido en las selvas del Amazonas y todo un mundo de búsq