La sinceridad de unos niños por un mundo mejor, queda en pocas palabras plasmada en este libro. Sus cortos relatos nos abren las puertas hacia otro Mundo lleno de fantasía, un planeta donde la tierra fuera comestible, que el agua pudiese ser transportada a países más pobres en naves espaciales, seres de otros mundos visitando la tierra para darnos una segunda oportunidad e incluso animales que hablan con los seres humanos in- tentando convencerles para que les dejen vivir en libertad. La inocencia y el deseo de estos niños y adolescentes de cuarto de primaria a cuarto de la ESO tienen un mismo denominador común, vivir en un planeta más limpio y divertido, compartiendo lo mejor de nosotros mismos con los más necesitados.
Me he sentido fascinada por la fuerza de sus escritos y la sencillez de sus palabras. Es muy probable que en un futuro cercano, algunos de estos chicos vea cumplido como en un sueño, su relato hecho realidad.
María del Carmen Aranda, escritora