Situaros en el recóndito ecosistema de la selva amazónica brasileña, concretamente en los alrededores del río Trombetas, afluente por la izquierda del gran Amazonas, en la frontera con Surinam y Guyana. Situaros más de tres siglos atrás, cuando el sistema esclavista se imponía a lo largo y ancho de América y el comercio humano desde el continente africano era un hecho terrible pero absolutamente instalado en la consciencia colonial portuguesa en particular y europea en general. Para entusiasmarse descubriendo que la búsqueda de la libertad humana básica por parte de los fugitivos de piel negra supo encontrar unos compañeros solidarios en los indígenas americanos que habitaban aquellos parajes. Y la emoción puede resultar aún más intensa al descubrir que estas comunidades liberadas, llamadas “mocambos”, perviven en la actualidad y han consolidado su propia identidad y memoria histórica.