El consumo de heroína genera un importante estigma social y se acompaña de gran discapacidad, por lo que cada vez resulta más importante tener en cuenta la calidad de vida de estos pacientes como parámetro de eficacia de los diferentes tratamientos sustitutivos de opiáceos. La metadona es el fármaco al que avala una gran experiencia clínica y mayor cantidad de estudios, pero existen hoy en día alternativas de tratamiento como la buprenorfina asociada a naloxona, que podrían beneficiar al paciente en lo que a adherencia y reinserción social se refiere. El objetivo de ésta revisión es ofrecer una comparativa de instrumentos para que el profesional pueda evaluar la calidad de vida del paciente en tratamiento de mantenimiento ambulatorio.