Un año después de que ejército español sufriera una de las mayores derrotas de su historia, conocida como Desastre de Annual, un grupo de soldados penetra en territorio enemigo para llevar a cabo una misión secreta.  El grupo está a las órdenes de un joven e inexperto alférez y de un veterano sargento  chusquero, que desde el principio manifiestan su rivalidad.
La mayoría de soldados eran de reemplazo y de diferentes puntos de la geografía española que arrastraban tras de sí sombrías historias. Habían sido elegidos para la  misión por motivos diferentes y deseaban que el tiempo pasara deprisa. El soldado Rafael Corbalán, de la población murciana de Bullas, no compartía  con sus compañeros las ganas de acabar la misión y regresar a su casa. Él había dejado en su pueblo a un amor imposible y su existencia lo atormentaba.
Después de desembarcar en algún punto de la costa africana, el grupo tiene que hacer un largo desplazamiento para llegar a un fortín, donde tienen que relevar a otros soldados y más tarde ocuparse de interceptar a las caravanas e impedir que los bereberes lleven armas y munición a los rebeldes rifeños.  La misión, aparentemente sencilla y sin peligro,  se convertirá en la peor pesadilla de los soldados españoles, que habían cometido el peor fallo que puede cometer un soldado; menospreciar al enemigo.